Puntos clave El crecimiento mejoró hasta mediados de año, pero la inflación se mantuvo por encima del 5% y mantuvo los recortes de tasas a corto plazo. Un peso más fuerte y remesas sin precedentes estabilizaron la confianza, incluso cuando los precios del petróleo se suavizaron. Los ratios de endeudamiento parecían contenidos, pero el Estado se inclinó más hacia tácticas de refinanciamiento a medida que se ampliaba la brecha fiscal. La incertidumbre y la cautela definieron la economía de Colombia en 2025. Los pronósticos fallaron con más frecuencia de lo habitual, no porque los datos no estuvieran disponibles, sino porque el país siguió cambiando de velocidad: un PIB en recuperación, una tasa de inflación persistente y un sector externo impulsado por el dinero que llega del exterior.
Después del año de “reactivación” de 2024, el gobierno se propuso asegurar una expansión más fuerte. La economía registró un crecimiento trimestral constante: 2,6% en el primer trimestre, 2,1% en el segundo y 3,6% en el tercero, el mejor desde mediados de 2022.
Muchos analistas esperaban un crecimiento para todo el año de entre el 2,7% y el 2,8%, impulsado principalmente por el consumo de los hogares. La mejora fue real, pero llegó con un compañero incómodo: los precios no cooperaron.
Colombia en 2025: aumentan las remesas, el peso se fortalece y la deuda sigue en el foco de atención. (Foto reproducción de Internet) La inflación se negó a regresar hacia el objetivo del 3% del banco central. Abrió el año en 5,22%, cayó a 4,82% en junio, luego volvió a subir (5,10% en agosto, 5,18% en septiembre, 5,51% en octubre) antes de bajar a 5,30% en noviembre.
Los pronosticadores que alguna vez esperaron un final de 2025 cercano al 4% tuvieron que reajustarse. La previsión de fin de año de Citi se situó cerca del 5,2% y Corficolombiana proyectó un 4,5% para 2026, todavía por encima del objetivo.
Esa rigidez dio forma a la política monetaria. El Banco de la República comenzó 2025 en 9,50%, lo recortó una vez en abril en 25 puntos básicos a 9,25% y luego se mantuvo estable el resto del año.
Corficolombiana advirtió que 2026 podría traer al menos 50 puntos básicos de aumentos, una señal de que el ciclo de flexibilización puede no ser un camino de sentido único.
El mercado laboral mejoró según las cifras principales. El desempleo cayó del 11,6% en enero al 8,2% en octubre, el más bajo desde 2017, con 977.000 personas más empleadas que un año antes.
La participación aumentó al 65,0% y la tasa de empleo al 59,7%. Sin embargo, los líderes empresariales seguían señalando una advertencia familiar: la informalidad seguía siendo intensa, dejando a millones de personas sin plenos beneficios o protección.
Externamente, dos fuerzas empujaron el sentimiento en direcciones opuestas. El crudo Brent fue volátil y más débil de lo esperado, cayendo de 72,98 dólares (18 de diciembre de 2024) a 59,71 dólares (18 de diciembre de 2025), en medio de tensiones globales, la política arancelaria de Estados Unidos y los riesgos de Oriente Medio.
Los analistas discuten cada vez más escenarios petroleros para 2026 en el rango de 55 a 60 dólares. Mientras tanto, el peso sorprendió al alza. La TRM pasó de $4.379,71 por dólar (10-dic-2024) a $3.874,71 (19-dic-2025), con periodos cercanos a $3.700.
Las explicaciones variaron desde recortes de tasas por parte de la Reserva Federal hasta mayores exportaciones de café, aumento de las remesas y monetización gubernamental de recursos mantenidos en el extranjero, además de un contexto preelectoral que puede amplificar el posicionamiento.
Las remesas se convirtieron en el estabilizador más claro. Las entradas mensuales se mantuvieron por encima de los 1.000 millones de dólares durante todo el año, alcanzando un máximo de 1.158 millones de dólares en julio. En octubre, Colombia había recibido 10.854 millones de dólares, lo que hace probable que el total anual supere los 12.000 millones de dólares.
La tendencia respalda el consumo y la moneda, pero también refleja un cambio más profundo: una emigración sostenida, que incluye estimaciones de que más de 1,5 millones de personas se marcharon en tres años en busca de trabajo y estabilidad en el extranjero.
La gestión de la deuda completó la cuerda floja del año. La deuda externa alcanzó los 211.584 millones de dólares en septiembre de 2025 (118.135 millones de dólares públicos y 93.450 millones de dólares privados), alrededor del 48,6% del PIB, dentro de una estrecha banda del 47% al 49%.
Los funcionarios enfatizaron las recompras y el manejo de la curva para manejar los vencimientos, incluso cuando el déficit fiscal se proyectaba cerca del 6,2%. Alivió la presión actual, pero también dejó una pregunta más importante para 2026: ¿cuánto tiempo puede la confianza mantenerse por delante de las matemáticas?