Puntos clave 1. El déficit de cuenta corriente de Brasil en noviembre fue de 4.943 millones de dólares, ligeramente inferior a los 5.121 millones de dólares de octubre.
2. La brecha se cubrió totalmente con 9.800 millones de dólares en inversión extranjera directa, mientras que los flujos de cartera fueron negativos, con -2.700 millones de dólares.
3. Las pérdidas recurrentes del país siguen siendo los servicios (-4.500 millones de dólares) y los ingresos enviados al extranjero (-6.200 millones de dólares), incluso con un superávit comercial.
Brasil registró un déficit externo mensual menor en noviembre, pero la historia más reveladora se esconde detrás del titular: el país todavía vive con salidas estructurales y los mercados están recompensando el tipo de dinero que ingresa para financiarlos.
El déficit de cuenta corriente ascendió a 4.943 millones de dólares. En los últimos 12 meses, el déficit alcanzó los 77.700 millones de dólares, o el 3,47% del PIB.
Esa no es una cifra de crisis por sí sola. La pregunta es si el financiamiento es lo suficientemente sólido como para evitar que la moneda y las tasas de interés se conviertan en el mecanismo de ajuste.
Superficialmente, el comercio ayudó. Brasil tuvo un superávit de bienes de alrededor de 5.100 millones de dólares. Las exportaciones ascendieron a 28.700 millones de dólares, un 2,3% más que el año anterior, mientras que las importaciones aumentaron más rápido a 23.600 millones de dólares, un 7,1% más.
La brecha externa de Brasil se reduce, pero la verdadera señal es quién paga la factura La brecha externa de Brasil se reduce, pero la verdadera señal es quién paga la factura Esa combinación sugiere que la demanda interna está atrayendo más bienes extranjeros incluso cuando las exportaciones aumentan lentamente. La presión persistente proviene de dos canales familiares.
Los servicios registraron un déficit de 4.500 millones de dólares, liderado por los viajes con -1.200 millones de dólares. El gasto en el extranjero alcanzó los 1.800 millones de dólares, mientras que los ingresos cayeron a 560 millones de dólares.
Los pagos por propiedad intelectual también aumentaron, hasta -976 millones de dólares. El ingreso primario fue una pérdida aún mayor, de -6.200 millones de dólares, lo que refleja ganancias, dividendos e intereses enviados al extranjero.
Aquí está el pivote: la inversión extranjera directa alcanzó los 9.800 millones de dólares en noviembre, más que suficiente para cubrir el déficit.
Las entradas de capital totalizaron 7.300 millones de dólares, divididos entre 3.500 millones de dólares en capital fresco y 3.900 millones de dólares en ganancias reinvertidas, más 2.500 millones de dólares en préstamos entre empresas.
En 12 meses, la IED aumentó a 84.300 millones de dólares, o el 3,76% del PIB. En cambio, la inversión de cartera supuso una salida neta de 2.700 millones de dólares. Las reservas aumentaron a 360.600 millones de dólares, reforzando el colchón.
El banco central también señaló una reclasificación técnica de los flujos de criptoactivos según las directrices actualizadas del FMI, y se espera que los informes de los proveedores residentes de activos virtuales comiencen en mayo de 2026.
La historia detrás de la historia es la confianza. El capital a largo plazo sigue apareciendo cuando las reglas parecen predecibles y los contratos parecen ejecutables. Cuando la política se vuelve improvisada, el dinero rápido sale primero.