Puntos clave * El plan pone una inversión de $1,000 en nombres de recién nacidos elegibles, lo que hace que la propiedad sea automática, no aspiracional.
* Utiliza mercados reales, capitalización real y recargas reales de familiares y empleadores para enseñar hábitos financieros mediante experiencias vividas.
* Si la participación se extiende más allá de los hogares ricos, podría convertirse en una política poco común que genere riqueza sin generar burocracia.
La parte más radical de las Cuentas Trump no es el dinero. Es el momento. El programa intenta hacer que el capitalismo se sienta personal desde el primer día, dando a muchos niños un pequeño derecho invertido en la economía estadounidense antes de que puedan leer, votar o trabajar.
Según el diseño presentado por el Tesoro, los niños elegibles nacidos entre el 1 de enero de 2025 y el 31 de diciembre de 2028 pueden recibir una semilla federal única de $1,000, invertida en un fondo indexado amplio.
Las familias establecen la cuenta a través de una elección del IRS en el Formulario 4547, y se espera una ruta de inscripción en línea para mediados de 2026. Las contribuciones generalmente no pueden comenzar antes del 4 de julio de 2026.
Después del lanzamiento, los padres, familiares, amigos y empleadores pueden sumar hasta $5,000 por año. La cuenta está a nombre del niño, está administrada por un custodio y generalmente está bloqueada hasta los 18 años.
Un comienzo de $1,000 al nacer: dentro del plan para convertir a cada niño estadounidense en un inversionista Un comienzo de $1,000 al nacer: dentro del plan para convertir a cada niño estadounidense en un inversionista Esa arquitectura es la estrategia oculta. No pide a las familias que empiecen a invertir algún día.
Obliga a dar el primer paso y luego invita a todos los que rodean al niño a reforzarlo. Un abuelo puede hacer un regalo de cumpleaños que complique.
Un empleador puede igualar los depósitos de la misma manera que iguala los planes de jubilación. Un estado puede agregar dinero y vincularlo a un curso de educación financiera. La política intenta convertir un hogar en un pequeño comité inversor, sin llamarlo así.
La segunda estrategia es cultural. Cuando un adolescente observa cómo una cuenta sube y baja, la lección no es teórica. Es emotivo.
Enseña riesgo, paciencia y la diferencia entre gastar y construir. En un país donde una gran minoría de adultos no posee acciones, ese cambio es importante.
La tercera estrategia es la escala a través del capital privado. Michael y Susan Dell prometieron 6.250 millones de dólares para añadir 250 dólares para 25 millones de niños.
Ray y Barbara Dalio prometieron 75 millones de dólares para agregar 250 dólares para aproximadamente 300.000 niños en Connecticut, objetivo de los umbrales de ingresos del código postal.
Los principales empleadores han señalado contribuciones de estilo equivalente. Alrededor de 20 estados están explorando las recargas.
Por eso sus partidarios lo llaman transformacional. Intenta convertir el sueño americano de un eslogan en un estado de cuenta.
La prueba principal será si el dinero extra llega a los niños cuyas familias no pueden agregarlo fácilmente y si los formuladores de políticas mantienen las reglas lo suficientemente simples para una adopción masiva.