Puntos clave Remitly clasifica a São Paulo en el octavo lugar en el top 10 mundial de “estrés”, con una puntuación de 7,14 sobre 10. La seguridad percibida impulsa el resultado, mientras que los tiempos de viaje y los costos diarios mantienen a São Paulo en la cima. Los informes de Pinheiros muestran cómo se ve el “estrés” sobre el terreno: planificación constante para evitar ser un objetivo. São Paulo acaba de obtener una etiqueta que pocas ciudades desean. Remitly, una empresa estadounidense de servicios financieros, la ubicó en el octavo lugar entre las 10 ciudades más estresantes del mundo, con un 7,14 sobre 10.
Nueva York lideró con 7,56, Dublín le siguió con 7,55 y la Ciudad de México le siguió con 7,38. La historia detrás de la historia es lo que es y lo que no es el ranking. No es una medida de felicidad o depresión.
Remitly dice que calificó a 170 ciudades utilizando cinco indicadores de tensión diaria: tiempo para viajar 10 km, un índice de costo de vida que excluye la vivienda, acceso a la atención médica, seguridad percibida (índice de criminalidad) y contaminación atmosférica anual de PM2,5. Se basó en datos de octubre de 2025 de TomTom, Numbeo e IQAir.
Esos componentes explican por qué São Paulo ocupa un lugar alto, pero no el número 1. En la comparación entre los 10 primeros, registró el índice de criminalidad más alto: 70 sobre 100. Esa sola cifra representa la mayor parte del aumento. Pero la ciudad parece menos exigente en otros dos aspectos.
Por qué el ranking de estrés de São Paulo se volvió viral y qué mide realmente. (Foto reproducción de Internet) El tiempo estimado para recorrer 10 km fue de unos 26,7 minutos y su índice de costo de vida fue de 37,1, muy por debajo de los 100 de Nueva York. La atención sanitaria obtuvo una puntuación de 60,2. Las PM2,5 midieron 15,9 µg/m³.
Cuando la inseguridad da forma a la vida diaria Los informes locales ayudan a traducir el índice en experiencias vividas. En la Rua Joaquim Antunes, en Pinheiros, residentes y trabajadores han descrito repetidos robos y una sensación de impotencia, incluidos ataques seguidos de rápidas huidas en motocicleta.
El estrés no es sólo el crimen de los titulares. Es el ajuste de rutina: ocultar teléfonos, cambiar rutas y convertir recados simples en decisiones de seguridad.
En algunas capitales ricas, el estrés se traduce en alquiler y alimentos. La cobertura de las encuestas vinculadas a Cornell sobre Nueva York destaca el costo de vida como una de las principales preocupaciones.
La advertencia de São Paulo es diferente: cuando el orden parece poco confiable, el tiempo y la atención se ven agotados todos los días, y la vida normal se convierte en una serie de precauciones.