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Wednesday, December 24, 2025
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    La deuda externa de Colombia aumenta al 48,6% del PIB, poniendo a prueba la confianza del mercado

    Puntos clave La deuda externa de Colombia alcanzó un récord de 211.600 millones de dólares en septiembre, equivalente al 48,6% del PIB. Más de la mitad de lo que el país debe en el exterior es ahora deuda pública en bonos en manos de inversores extranjeros. El aumento de la deuda, la presión sobre las calificaciones y el fin de una línea de crédito del FMI dejan al próximo gobierno con menos espacio para experimentos. La deuda externa de Colombia ha aumentado silenciosamente a un nivel récord. En septiembre, las obligaciones externas alcanzaron los 211.600 millones de dólares, o el 48,6% del producto interno bruto, frente a los 198.300 millones de dólares y el 47,8% del PIB del año anterior.

    Esto supone un aumento del 6,7% en un año y aproximadamente un 4,9% más que a finales del año pasado. La carga ahora está ligeramente inclinada hacia el sector público.

    El gobierno y las entidades públicas deben alrededor de 118.100 millones de dólares, aproximadamente el 27,1% del PIB, mientras que las empresas y los bancos privados deben 93.500 millones de dólares, o el 21,5% del PIB.

    Aproximadamente el 84% del total es deuda a largo plazo, lo que reduce el riesgo de refinanciamiento pero obliga al país a pagar altos intereses durante años.

    La deuda externa de Colombia aumenta al 48,6% del PIB, poniendo a prueba la confianza del mercado. (Foto reproducción de Internet) La forma en que se pide prestado este dinero importa casi tanto como cuánto se debe. En el lado público, alrededor del 70% de los pasivos externos corresponden al gobierno central, y más de la mitad del stock está en bonos colocados en los mercados globales, complementados con préstamos de organismos multilaterales y una porción más pequeña de acreedores bilaterales.

    Los prestatarios privados están dominados por empresas no financieras, que dependen principalmente de préstamos extranjeros, créditos internos de multinacionales y, en menor medida, bonos. Todo esto se suma a un ratio de deuda pública superior al 60% del PIB y a las recientes rebajas de las calificaciones por parte de las principales agencias de calificación.

    El gobierno optó por cancelar su línea de crédito precautoria con el FMI, argumentando que las reservas de divisas cercanas a 66 mil millones de dólares brindan suficiente protección.

    Los mercados y las voces más conservadoras desde el punto de vista fiscal ven un panorama diferente: déficits persistentes, deuda creciente y menos seguro externo.

    Para los colombianos, la cuestión es sencilla. Cada peso gastado en intereses es un peso que no está disponible para seguridad, infraestructura o apoyo social específico.

    Para los inversores extranjeros y expatriados, el mensaje es que Colombia sigue siendo una apuesta prometedora pero cada vez más apalancada, donde la disciplina y la política predecible cuentan más que los grandes proyectos ideológicos.