Puntos clave El gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, descarta públicamente una candidatura presidencial a favor del hijo de Jair Bolsonaro. Su elección tranquiliza a la base central de Bolsonaro, pero sacude a los mercados que veían a Tarcísio como una alternativa más predecible. La medida expone una lucha más profunda en la derecha brasileña entre políticas dinásticas y proyectos más amplios y reformistas. Tarcísio de Freitas podría haber dejado abiertas todas las opciones. En cambio, el gobernador de São Paulo utilizó una agenda rutinaria en el cinturón industrial de Diadema para tomar una decisión política de alcance nacional.
Reafirmó que su lealtad a Jair Bolsonaro es “innegociable” y que apoyará al senador Flávio Bolsonaro como candidato del movimiento a la presidencia en 2026.
Al decir que Flávio “contará con nosotros” y que ahora tiene “una gran responsabilidad”, Tarcísio señaló a los votantes, alcaldes y donantes que no habrá guerra interna para el mismo electorado.
Para la fragmentada oposición de Brasil, eso es importante. Muchos líderes empresariales y votantes moderados habían comenzado a ver a Tarcísio como un gerente pragmático con estatura nacional, una figura que podía atraer más allá del núcleo de Bolsonaro y al mismo tiempo defender posiciones conservadoras en materia de seguridad, impuestos y el papel del Estado.
Tarcísio prefiere la lealtad a la ambición y respalda a Flávio para 2026. (Foto reproducción en Internet) La lealtad sobre la ambición da forma a la política En lugar de probar ese camino, el gobernador apuesta por la disciplina. Su mensaje es que las promesas se cumplen: Bolsonaro lo nombró gobernador; ahora protege al heredero político de Bolsonaro, incluso mientras el expresidente está en la cárcel y tiene prohibido postularse.
Esa postura funciona bien entre los partidarios que valoran la lealtad frente a lo que ven como extralimitación judicial y hostilidad institucional.
Los inversores interpretan el gesto de otra manera. A los mercados se les acababa de recordar cuán sensibles son los activos brasileños al ruido político cuando la noticia de la precandidatura de Flávio hizo caer el índice bursátil, los rendimientos de los futuros aumentaron y el real se debilitó marcadamente.
La perspectiva de una candidatura más personalista y centrada en la familia frente a una administración federal que gasta mucho no es la estabilidad que muchos esperaban.
Para los lectores en el extranjero, el episodio es una simple lección sobre cómo funciona la política brasileña hoy. Un gobernador responsable del motor económico del país ha decidido que mantener la fe en su bando es más importante que perseguir el puesto más alto.
Al hacerlo, fortalece la marca de Bolsonaro, deja de lado sus propias ambiciones nacionales y deja para otro día la búsqueda de una alternativa más amplia y favorable al mercado al gobierno actual.