argentina Gaceta OficialDecreto 852/25: “Se destituye al señor Sergio Darío Neiffert del cargo de Secretario de Inteligencia del Estado de la Presidencia de la República”. Fue así como el Gobierno destituyó al titular de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE), antes AFI, antes Secretaría de Inteligencia, originalmente SIDE y ahora de regreso a su nombre original. Una serie de cambios de marca destinados a pasar por alto lo que ha sido un cargo maldito en cada administración.
Los informes de esta semana describieron la cadena de acontecimientos que dejaron a Neiffert sin trabajo. Algunas eran ridículas o, mejor dicho, vergonzosas. Uno de ellos involucraba que el ex jefe fuera abordado a medianoche en su casa en ropa interior y sus subordinados, incluido el hombre que lo reemplazaría, le dijeron que el hacha estaba a punto de caer. Los periodistas Alejandro Rebossio y Pedro Lacour revelaron el incidente en elDiario.ar.
Neiffert cayó bajo el peso de las luchas internas libertarias, una saga tan agotadora que es imposible identificar a los buenos. Vinculado con el asesor presidencial Santiago Caputo, el jefe fallecido de la SIDE parece haber intentado cambiarse al bando ganador de Karina Milei, intercambiando información de un lado a otro. No fue bien recibido; hay otros factores, pero el resultado es que Neiffert está siendo reemplazado por otro aliado confiable de Caputo, Cristian Auguadra, anteriormente a cargo de la oficina de asuntos internos de la secretaría, como lo indica el decreto.
‘Confusión y desorientación’
El informe de Jorge Liotti en La Nación La semana pasada captó parte de la imagen: “Mientras las luchas internas de la SIDE arreciaban, la agencia estaba paralizada. Un hombre familiarizado con su funcionamiento describe un estado de confusión y desorientación tan grave que nadie quería tomar decisiones porque nadie sabía a quién informar”. Y añade: “En esta línea de trabajo es crucial tener una cadena de mando clara y en los últimos meses esa estructura se rompió por completo”.
Esta es la agencia que coordina todos los componentes del Sistema de Inteligencia Nacional (SIN), incluida la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal, que es responsable del crimen complejo y el crimen organizado bajo el Ministerio de Seguridad, y la Dirección Nacional de Inteligencia Militar, bajo el Ministerio de Defensa. Según el sitio web del gobierno, la SIDE “sistematiza la información obtenida, recopilada y analizada por el SIN sobre eventos concretos o potenciales que representan un riesgo para la seguridad interna, la defensa nacional y la posición de Argentina en el mundo”.
En el exterior, Argentina no enfrenta desafíos que involucren a estados vecinos. A pesar de encontrarse prácticamente indefenso tras décadas de falta de financiación de su sistema de defensa desde el conflicto de Malvinas en 1982, los hipotéticos enfrentamientos con Brasil y Chile son cosa del pasado. Desaparecieron con el regreso de la democracia, gracias a Raúl Alfonsín y Carlos Menem.
Sin embargo, hay cuestiones en las que los servicios de inteligencia deberían centrarse.
Vulnerabilidades
Bajo la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos lleva meses realizando operaciones militares en el sur del Caribe y el Océano Pacífico. El objetivo declarado es interrumpir las rutas de la droga desde América del Sur. Los ataques de la Armada estadounidense a barcos que supuestamente son narcotraficantes han dejado más de 80 muertos. Muchos analistas los ven como ejecuciones extrajudiciales o crímenes de guerra. El escándalo sigue creciendo.
Washington tiene un objetivo paralelo, si no principal. Busca expulsar a Nicolás Maduro de Venezuela y derribar el chavista régimen. No se descarta un operativo terrestre en suelo venezolano. Trump informó a Maduro de esta posibilidad por teléfono hace semanas. Cualquier acción de ese tipo tendría consecuencias impredecibles para los movimientos de población y podría desencadenar una nueva crisis humanitaria en la región.
Otro tema de preocupación para la SIDE debería ser la decisión de Irán de incluir a Argentina en su lista de estados “enemigos”. La medida se hizo pública en julio en un editorial del periódico Tiempos de Teherán. Siguió a la llamada Guerra de los Doce Días, en la que Estados Unidos atacó e inutilizó partes del programa nuclear de Irán durante el conflicto de Oriente Medio. Argentina había apoyado esa iniciativa y anteriores ataques de las Fuerzas de Defensa de Israel contra esas instalaciones.
“Teherán no olvidará las políticas anti-Irán de Buenos Aires y hará que se arrepienta de su hostilidad”, afirmó. Tiempos de Teherán escribió. El diplomático de carrera Roberto García Moritán lo calificó como “un mensaje terrorista encubierto de las más altas autoridades de la República Islámica de Irán”.
Días antes, Ali Larijani, asesor del Líder Supremo Ali Khamenei y miembro del Consejo de Seguridad Nacional de Irán, había amenazado a Rafael Grossi, el diplomático argentino que busca ser el próximo secretario general de la ONU. Grossi actualmente dirige la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), que es responsable de monitorear el programa nuclear de Irán. “Cuando la guerra termine, nos ocuparemos de Grossi”, dijo Larijani. El diario conservador kayhanque representa la línea de Jamenei, incluso lo calificó de “espía israelí” y pidió su arresto y ejecución.
Nuevas pautas
El gobierno de Milei publicó la semana pasada un documento que describe la reforma del Sistema Nacional de Inteligencia, que fue introducido por decreto de emergencia en julio de 2024. Reconoce un deterioro de más de 30 años que, dice, ha dañado las instituciones democráticas y “dejó a la Argentina vulnerable a diversos riesgos y amenazas”.
Se justifica un análisis más detallado. Pero, en términos generales, el texto establece lo que el gobierno considera los intereses estratégicos del país y las directrices generales que dan forma al sistema de inteligencia.
El documento tiene como objetivo posicionar a Argentina a nivel internacional, preservar la soberanía nacional y la autonomía estratégica, proteger los recursos estratégicos y la infraestructura crítica, prevenir y combatir el terrorismo y el crimen organizado, anticipar y contrarrestar las amenazas en el ciberespacio y contrarrestar las actividades de inteligencia extranjera que amenazan los intereses nacionales.
los operativos
Existe amplia información sobre los jefes salientes y entrantes de la SIDE.
Neiffert integró el directorio de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) como representante del Poder Ejecutivo. Anteriormente trabajó en el despacho privado del intendente de Malvinas Argentinas, entonces dirigido por Jesús Cariglino. En el sector privado representó a deportistas, también con Cariglino.
Será recordado por un decreto que asigna 100 mil millones de pesos a la Secretaría, que fue rechazado por el Congreso, y por el Plan Nacional de Inteligencia, que fue filtrado a la prensa en junio. El plan estaba dirigido a figuras de la sociedad civil, incluidos líderes políticos, economistas y periodistas, lo que lo obligó a informar al comité bicameral de inteligencia sobre los planes. El día antes de su destitución, un decreto de emergencia asignó cerca de 27 mil millones de pesos en fondos extra a la SIDE. El día de su destitución, el gobierno de Milei publicó el citado documento.
Cristian Auguadra, reemplazante de Neiffert, ingresó a la SIDE a través del Departamento de Asuntos Internos a fines de 2024. Contador de la familia Caputo, fundó una empresa de transporte, West Transfer SRL, con Ángel Stafforini, ex subdirector del ferrocarril Belgrano Cargas.
Stafforini se encuentra actualmente procesado ante el Tribunal Oral Federal 8 por presunto pago de sobornos para dirigir la investigación sobre el asesinato de Mariano Ferreyra en 2010, según el grupo de derechos humanos Centro de Estudios Jurídicos y Sociales (CELS), querellante en el caso.
Página/12 informó el jueves que un hijo del nuevo jefe de la SIDE se había unido a una delegación que asistió al Gran Premio de Fórmula 1 en Bakú, Azerbaiyán, en septiembre, mientras se celebraba en paralelo el Foro Internacional de Seguridad.
No podemos evitar cuestionar la idoneidad de estos caballeros para sus roles.
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