Puntos clave Trump no descarta tropas estadounidenses en México, Venezuela y Colombia, incluidas la segunda y cuarta economía más grande de América Latina. Una nueva campaña marítima, la Operación Lanza del Sur, ya ha atacado a más de 20 barcos sospechosos de narcotráfico y ha matado a decenas. La estrategia podría remodelar las rutas de la droga, tensar los vínculos con los líderes regionales y poner a prueba hasta dónde puede llegar Estados Unidos en nombre de la seguridad. Donald Trump está manteniendo una puerta entreabierta que los recientes presidentes estadounidenses dejaron firmemente cerrada: enviar tropas estadounidenses a México, Venezuela y Colombia.
Eso significa una acción militar directa dentro de la segunda y cuarta economías más grandes de América Latina, además de un país que ya se encuentra en una profunda crisis. Para una región acostumbrada a la presión estadounidense pero no a este tipo de lenguaje en 2025, esto no tiene precedentes.
Los comentarios de Trump van acompañados de una verdadera campaña de tiroteos, no sólo de retórica. Desde principios de septiembre, Washington lleva a cabo la “Operación Lanza del Sur”, una serie de ataques aéreos contra lanchas rápidas y pequeñas embarcaciones en el Caribe.
Los objetivos están acusados de mover precursores de cocaína y fentanilo; más de 20 barcos han sido destruidos y entre 80 y 90 personas han muerto.
La amenaza sin precedentes de Trump: tropas estadounidenses en los principales corredores de drogas de América Latina. (Foto reproducción de Internet) Un caso se ha convertido en un símbolo. Las fuerzas estadounidenses atacaron primero un presunto barco narcotraficante, dejando a dos supervivientes gravemente heridos en el agua. Luego, un segundo ataque mató a esos hombres.
Sus partidarios consideran que esto es un mensaje duro pero necesario para los grupos que masacran a sus rivales y corrompen estructuras estatales enteras. Los críticos ven una ejecución llevada a cabo lejos de cualquier campo de batalla.
La presión de la guerra contra las drogas se desplaza a través de las fronteras En América Latina, la reacción política sigue líneas familiares. Los gobiernos de izquierda que luchan por controlar los cárteles acusan a Washington de violar la soberanía y temen ser culpados por el derramamiento de sangre.
Sin embargo, muchos ciudadanos comunes, que viven con altas tasas de homicidio y drogas sintéticas baratas, acogen discretamente la idea de que alguien finalmente esté golpeando duramente a los traficantes.
Lo que está en juego es claro. Si Estados Unidos normaliza los misiles y los posibles despliegues de tropas contra los “narcoterroristas” en México y Colombia, las rutas de la droga se moverán, las zonas fronterizas se calentarán y la política regional se endurecerá.
Las palabras y los ataques de Trump no son un titular más; pueden ser el capítulo inicial de una era de seguridad diferente en las Américas.