México está vendiendo una historia de éxito al mundo. Los fabricantes globales se están acercando, la palabra de moda es la deslocalización cercana y el dinero extranjero sigue fluyendo. Sin embargo, muchos empresarios mexicanos están desacelerando silenciosamente, en lugar de acelerar.
Una nueva encuesta realizada por el IPADE Business School a 1.477 ejecutivos muestra cuán drásticamente ha caído la confianza. A principios de 2024, poco más de la mitad de ellos –54.4%– pensaba que era un buen momento para invertir en México. A finales de 2024, esa cifra había caído al 36,8%.
Se recuperó sólo ligeramente hasta el 39,3% en el primer semestre de 2025, y luego volvió a caer hasta el 35,2% en el segundo semestre del año. En la mayoría de las regiones, sólo uno de cada tres líderes todavía dice “sí” a invertir ahora.
Las expectativas de ventas cuentan una historia similar. A principios de 2025, el 77% de los ejecutivos esperaba mayores ingresos que en 2024. A mediados de año, esa proporción había caído al 66%. Aproximadamente uno de cada tres espera terminar 2025 con ingresos más bajos.
En estados poderosos como Nuevo León, Jalisco y el área metropolitana de Ciudad de México, el optimismo sobre el crecimiento claramente se ha enfriado a medida que avanza el año. Los ejecutivos todavía confían más en sí mismos que en el sistema que los rodea.
La paradoja de la inversión en México: las fábricas están en auge, pero los patrones locales están pisando el freno. (Foto reproducción de Internet) En una escala del uno al diez, califican las posibilidades de alcanzar sus objetivos personales en 7,5 y sus objetivos comerciales en 7,0. Pero cuando se les pregunta sobre las perspectivas de México, la puntuación cae a 5,6, frente al 6,5 de principios de 2024. Esa brecha es el meollo del problema.
Lo que más les preocupa son las decisiones que se toman en casa. Muchos ven la reciente reforma judicial como un golpe directo a la seguridad jurídica, la idea básica de que las reglas son claras y estables. La inseguridad jurídica ha pasado de ser una cuestión de segundo nivel a ser una de las principales preocupaciones.
La inseguridad y la actual estrategia contra el crimen organizado también pesan mucho en sus respuestas. La mayoría dice que los factores internos importan mucho más que cualquier cosa que suceda en el extranjero. Al mismo tiempo, la inversión extranjera directa está batiendo récords a medida que los grandes actores construyen plantas y centros logísticos.
Para los expatriados y lectores extranjeros, esta es la verdadera historia detrás del auge de los titulares: México corre el riesgo de convertirse en una economía de dos velocidades, donde los grupos globales se expanden mientras muchas empresas locales retrasan contrataciones y nuevos proyectos, esperando tribunales más fuertes, calles más seguras y un campo de juego más predecible.