Señorita y Madame es una obra que habla, según el director Andrés Moros, de sororidad | Foto Ezequiel Carías @ezevisualDetrás de los primeros imperios de la belleza, los productos cosméticos y las cremas para la piel, hay dos mujeres indetenibles, luchadoras y pioneras: Elizabeth Arden (interpretada por Claudia Rojas) y Helena Rubinstein (Grecia Augusta Rodríguez). Conocidas como Señorita y Madame, respectivamente, dedicaron sus vidas a consolidar un legado marcado por el trabajo, la ambición y la rivalidad en un mundo dominado por hombres a finales del siglo XIX y principios del XX.
Conscientes de que el final del camino se acercaba, Elizabeth Arden y Helena Rubinstein accedieron a dar una entrevista que inmortalizara su historia. Quería dar a conocer quiénes eran las mujeres detrás del éxito.
Frente a un periodista (interpretado por José Gregorio Martínez), sentado entre las butacas del público como un espectador más, poco a poco. van contando su vida. Comienzan desde su juventud, hasta sus años dorados. No dejan por fuera su férrea rivalidad y la llegada de la vejez, así como lo que representó para sus firmas la llegada de Revlon al mercado.
En todo momento reconocen que no se puede contar sin recomponer. Desde el principio sienten que dar la entrevista es como estar en una obra de teatro donde cada palabra y recuerdo la observa un público que ellas no pueden ver, pero que sienten está presente en la sala del Trasnocho Cultural.
La pieza recorre varios eventos historicos | Foto Ezequiel Carías @ezevisualHelena Rubinstein admite que, tras escalar a la cima del éxito, en sus últimos años le teme volver a ser lo que era en su juventud: una campesina en Cracovia. Elizabeth Arden, en cambio, no le tiene miedo a nada y hasta se corta en la palma de la mano para ver la sangre como un recordatorio de que está viva.
Escritura por el dramaturgo venezolano Gustavo Ott, dirigido por el joven Andrés Moros, Señorita y señora Tendrá un último fin de semana con un elenco que también conforman Alejandro Míguez, Karla Mosquera y Jeniffer Morales. Las funciones serán el viernes a las 6:00 pm, y sábado y domingo a las 5:00 pm.
Frente a una máquina de escribir, el periodista, entre el público, entrevista a las protagonistas | Foto Ezequiel Carías @ezevisualhermandad
Para el joven actor y también director. Andrés Moros, Señorita y señora es una historia sobre la hermandad. La primera vez que leyó el texto cursaba estudios de Artes Escénicas en la Universidad Experimental de las Artes (Unearte). En esa época, comenta, investiga a profundidad la obra de Gustavo Ott. Apenas leyó la pieza, le encantó.
Una gran comediaesa fue la primera impresión que tuvo. En los años siguientes leyó la pieza varias veces y, en su mente, poco a poco se fue gestando la idea de llevarla a las tablas. El joven de 29 años de edad comenzó a preguntarse de qué hablaba la historia. Fue así cómo, a pesar de la rivalidad entre las dos mujeres, se dio cuenta de que para él, Señorita y señora habla de hermandad.
“En ese momento me dije: ‘Esto es lo que quiero hablar definitivamente si en algún momento llego a montar este texto’”. La historia es una batalla entre Helena Rubinstein y Elizabeth Arden; pero dentro de todo ese odio hay un gran mensaje de hermandad y eso es lo que rescata de la obra.
La rivalidad entre Elizabeth Arden y Helena Rubinstein es el eje central de la pieza | Foto Ezequiel Carías @ezevisualEn la cúspide de la fama y el éxito, Elizabeth Arden y Helena Rubinstein reconocen que Revlon, dirigido por los hermanos Charles y Joseph Revson, comienza a quitarles protagonismo. Para ellas, dos hombres no son contrincantes dignos en una batalla que llevan años librando ellas. Por primera vez en mucho tiempo reconocen y validan su rivalidad. A Revlon y los Revson, en cambio, los menosprecian no solo por su género sino también por venir del cine y la televisión, un invento que consideran catastrófico.
Para Moros, más allá de los eventos históricos que narran Señorita y señora, como la Guerra Mundial, fue la manera en la que está escrito el texto lo que más le llamó la atención. En su juventud vio el montaje de la pieza en el Teatro San Martín y la velocidad en escena Le pareció increíble.
Claudia Mercedes Rojas es Elizabeth Arden | Foto Ezequiel Carías @ezevisual“En este texto particularmente está muy marcado porque todos son textos picaditoshay un ping pong muy bueno. El hecho de representar tantos personajes en escena también me llamó la atención”, comenta. El dramaturgo sugiere cuatro actores, más las dos actrices principales, que interpretan todos los personajes.
Como director, Moros tuvo que guiarlos para que se desdoblaran y hacer más de un personaje en la historia. “Siempre rescato la plasticidad de los actores en escena y cómo se pueden convertir en cualquier cosa”, añade.
Foto Ezequiel Carías @ezevisualSeñorita y señora, graciosa pero retadoraSeñorita y señora es la historia de cómo Helena Rubinstein y Elizabeth Arden llegan a ser quienes fueron en vida. Eso es lo primero que dice Moros sobre una obra que, para algunos espectadores, también habla de la historia del mundo: la pieza se narra desde finales del siglo XIX hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
La obra recorre eventos historicos con una escenografía sencilla compuesto por dos escritorios, dos puertas y dos sillas de ruedas, apoyados con proyecciones digitales. La producción, a cargo de Humberto Viteri, está muy bien cuidada al igual que los vestuarios de época, donde el color y los detalles resaltan. “La historia habla de eso, de cómo estas mujeres crecieron en el emporio de la belleza odiándose, pero a través de estos hechos históricos importantes”, enfatiza el director.
Karla Mosquera y Jeniffer Morales también integran el elenco | Foto Ezequiel Carías @ezevisualSeñorita y señora es una gran comedia sobre dos mujeres cuya historia poca gente conoce. Andrés Moros y su elenco tuvieron que trabajar durante dos cortos meses para llevarla a las tablas. Fue un proceso retador y breve. Ya tenían fecha de estreno en el teatro y tuvieron que afrontar el montaje con la incertidumbre de no saber si lo lograrían. Fue cuestión de confiar: la idea estaba clara desde un principio y se logró el resultado.
“Lo primero que pienso cuando leo el texto, además de la idea que tenía años gestándose en mi cabeza, es el fundición. Tú piensas con qué personas ha trabajado y cómo se acercan a estos personajes. Fue fácil: ya había trabajado con Claudia y con Grecia Augusta”, relata.
Los cambios de época se evidencian con el vestuario | Foto Ezequiel Carías @ezevisualEl reto estuvo, sobre todo, en cómo retratar todas las épocas que abarca la historia en tan poco tiempo con una propuesta de dramaturgia, además, veloz. Para ello, el director se apoyó en la dirección de arte de Gabriela Montilla. Las décadas pasan y él se lo hace entender al público con el vestuario, el desenvolvimiento de los personajes y su madurez. “Creo que esos saltos en el tiempo fueron los más complicados de llevar a escena”, asegura.
En todo momento, Moros intentó volver siempre a la génesis de la obra: la entrevista en la que Ott enmarcó la narración de los personajes. Durante la conversación con el periodista, las dos mujeres narran varios eventos: de a París, de Nueva York a Cracovia y saltan en el tiempo. Moros trató de regresar siempre a eso: los recuerdos de Helena Rubinstein y Elizabeth Arden de su propia vida.
Grecia Augusta Rodríguez interpreta a Helena Rubinstein | Foto Ezequiel Carías @ezevisualDirector enfocado en los jóvenes Andrés Moros fue ganador del Festival de Jóvenes Directores Trasnocho es 2023 con El mal querer, una versión libre escrita por Jeizer Ruiz sobre bodas de sangre de Federico García Lorca. Desde entonces, ha ido madurando sus ideas como direct. o: no es el mismo que quería abarcarlo todo hace dos años.
“Cuando estés participando en los Jóvenes Directores ¿Quieres mostrar todo? e incluirlo todo. Con el paso del tiempo vas madurando y quitando cosas. Esta es mi quinta dirección y no todo han sido aciertos. Hubo varios desaciertos. Creo que lo que más te hace crecer es eso, no hacerlo bien. Decirte: ‘ok, no lo hice bien, pero por qué no, qué me queda de esto como aprendizaje’”, revela.
Foto Ezequiel Carías @ezevisualPoco a poco, Moros entendió que la dirección es empezar tomar decisiones y entender que no siempre se deben materializar todas las ideas iniciales. Después de El mal querer (2023) dirigiéndose Nieve sobre Caracas (2023, escrita por Jeizer Ruiz) luego Un recuerdo después del Holocausto (2024, escrita por Samuel Rotter y Carolina Perelman). La última, antes de Señorita y señora, combustible alumnos de papel (2025 de Maximiliano Meneses, versión libre de José Luis Gamez).
Aunque lleva cinco montajes como director y ya está trabajando en un sexto proyecto que estrenará en 2026, Moros no pierde el foco que se trazó en 2023: atraer a los jóvenes al teatro. “Rafael Barazarte, un amigo y mi director en la obra Simón, me mencionaba hace poco que conectaba mucho con mi trabajo porque él ve que siempre hay gente joven en mis obras. Eso es lo que estaba buscando. Creo que al final la gente joven se entera del teatro y sigue viniendo si le gusta el trabajo”, comenta.
Foto Ezequiel Carías @ezevisualSiempre trata de hacer las obras digeribles para que lo entienda cualquier tipo de público. Si piensa en los jóvenes intenta que, en sus montajes, estos no se sientan aburridos al ver una obra larga. “Sobre todo en esta época, estamos expuestos a la saturación de información, a que todo sea rápido. Ya hay muchas cosas que te sobreestimulan”.
Cuando un joven llega a la calma del teatro, dice, y ve una obra larga naturalista donde el trabajo es un poco más plano (que, dice, no está mal) puede llegar a aburrirse. Las nuevas generaciones, consideran, necesitan de esa sobreestimulación constante. Eso es lo que siempre busca: aunque haya muchas imágenes, dar una información que mantenga al espectador atrapado.
El director Andrés Moros se mantiene firme en su propósito de llevar a los jóvenes al teatro | Foto Ezequiel Carías @ezevisual”Uno siempre está investigando y formándose. Después de los Jóvenes Directores hice un taller de direccion con el maestro Guillermo Díaz Yuma, que falleció hace poco. Fue un gran aprendizaje. Tú siempre te nutres de tus directores y Yuma era un maestro. Además que no abandono mi labor como actor, siempre te nutres de los directores con los que trabajas. Te vas llevando cosas de ellos”, señala.actorademás, lo ha ayudado mucho en su faceta como director. Ha podido entender a sus actores y guiarlos, además de reconocer cómo se debe reaccionar ante ciertas situaciones. “En mis aviones están las dos cosas: actuar y dirigir. Para el año que viene estamos trabajando en una versión de la telenovela de La Cándida de José Simón Escalona, basada en una obra de Gabriel García Márquez. Voy a dirigir y eso es lo que van a estar viendo de mi parte”.
Señorita y señora