Durante años, Cuba ha vendido la imagen de un país pobre pero digno y bajo asedio, y sus críticos han sido tildados de mentirosos o agentes de potencias extranjeras. Ahora, un organismo de la ONU, de hecho, ha destrozado esa narrativa.
El Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias ha dictaminado que 49 cubanos encarcelados tras las enormes protestas del 11 de julio de 2021 están detenidos ilegalmente.
Esas marchas, provocadas por la escasez, los cortes de energía y la ira por la falta de libertades, sacaron a las calles a miles de personas comunes y corrientes en toda la isla. Muchos nunca antes habían protestado.
Según los expertos de la ONU, lo que ocurrió a continuación siguió un patrón claro. Las personas fueron detenidas sin las órdenes de arresto adecuadas, no se les dijo claramente por qué estaban detenidas y no se las llevó rápidamente ante un juez.
Algunos desaparecieron durante días o semanas, dejando a sus familias en la oscuridad. Otros se enfrentaron a juicios a puertas cerradas, con poco o ningún acceso a abogados reales, y a largas penas de prisión basadas en delitos vagos como desorden público o desacato.
Fallo de la ONU expone a Cuba como líder mundial en encarcelamiento político arbitrario. (Foto reproducción de Internet) Estas 49 personas forman parte de un grupo mucho mayor. Los observadores de derechos humanos dicen que Cuba tiene más de 1.000 prisioneros políticos, y la ONU ya ha emitido opiniones que cubren a 93 detenidos cubanos desde 2019.
ONU exige liberación e investigaciones Eso convierte a Cuba, en el papel, en el país con más detenciones arbitrarias confirmadas en el mundo durante ese período. También es uno de los pocos lugares donde la ONU ha tenido que emitir opiniones masivas sobre grupos enteros de prisioneros a la vez.
La Habana fue invitada a responder a las acusaciones y simplemente no respondió a tiempo. Aun así, la ONU siguió adelante y exigió la liberación y compensación de los 49 prisioneros y pidió investigaciones independientes sobre quién ordenó los abusos.
Para los expatriados, los inversores y los gobiernos extranjeros, el mensaje es contundente: detrás de las postales turísticas y los eslóganes ideológicos, Cuba tiene un sistema en el que salir a la calle con un cartel puede llevarte a prisión durante años.
La ONU ahora ha estampado esa realidad con su sello, y será más difícil para el resto del mundo fingir que no la ha visto.