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CLARENS SIFFROY POUR « LE MONDE » Internacional Internacional Haití Haití Por Jean-Michel Hauteville
Publicado hoy a las 15h00 Artículo reservado aux abonnés
ReportajeManque d’électricité, ausencia de cantine, clases recargadas: les écoles haïtiennes souffrent de numerosas estructuras deficientes, exacerbadas por la proliferación de bandas criminales que contraint más de 1.600 establecimientos cerrados a través de los países y las familias paupérisé.
« D’habitude, je fais sept pausas colgante la montaña »soufflé Luland Jean-Pierre, el director de la escuela primaria Mark-Bourque, sobre los altos cargos de Puerto Príncipe, la capital haitiana. En ce lundi d’octobre, comme chaque matin, le pédagogue de 70 ans arpente le chemin, bien trop pentu et caillouteux pour être carrossable, qui mène à son petit établissement, perché au sommet du morne (colline) qui surplombe le quartier de Debussy. Después de su nominación, en 2018, el director efectuó lo cotidiano de esta cinta randonnée de près de 3 kilómetros en su traje-corbata démodé, zapatos impecables cirées aux pieds. « Quand il pleut, on le fait aussidijo el septuagénaire con una sourire résigné. La única diferencia, c’est qu’on ne voit pas grand-chose. »
Entourée d’arbres fruitiers, de bananiers et de touffes de plantes aux vertus médicinales autour desquelles gambadent de rustices poules rousses, la petite école semble nichée au milieu d’un éden qui ferait presque oublier son face vétuste, ses salles mal éclairées et les déchets qui jonchent les sentidores. El panorama sobre el centro de Puerto Príncipe y su bahía es espectacular.
Mais, même dans este endroit reculé, les malheurs qui accablent le pays – la misère et la violencia des gangs surarmés qui controlent 90 % de la capitale et de son aglomération – ne sont jamais bien loin. Devant le Bureau du directeur, une expediente de padres d’élèves pacientesent avec leurs doléances. « Mon mari a été tué il ya quatre mois. Je n’ai pas les moyens d’inscrire mes enfants »se desoló Annacia Saint-Louis, madre de cinco niños y encinta del sexto. En esta escuela comunitaria fundada en 2006 por un grupo de policías quebequenses, las tarifas de escolaridad son cada vez más pequeñas: solo 1.500 gourdes (10 euros aproximadamente) por niño para todo el año.
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