El 3 de noviembre de 2025, la economía global reveló claramente a sus ganadores y perdedores. Los datos contaron una historia de divergencia, en la que algunas naciones avanzaron mientras otras luchaban por mantener el ritmo, a menudo debido a decisiones tomadas mucho antes de ese día.
Japón comenzó con un feriado nacional, pero su sector industrial no se detuvo. El índice manufacturero Nikkei subió a 59,2, frente a 58,4 en septiembre, lo que indica un fuerte impulso en sus fábricas.
Estados Unidos siguió con su propio desempeño sólido, ya que su PMI manufacturero alcanzó 52,5, superando tanto las expectativas como el 52,2 del mes anterior.
España también destacó en Europa con un PMI de 52,1, una rara señal de crecimiento en una región donde el estancamiento se ha convertido en la norma.
Sin embargo, más allá de sus fronteras, el panorama se oscureció. Francia registró un PMI de 48,8, Alemania de 49,6 e Italia de 49,9; todos ellos en contracción, con sus industrias agobiadas por el peso regulatorio y la lentitud de la demanda.
Brasil y México, a pesar de su potencial, siguieron estancados en caída, con PMI de 48,2 y 49,5, respectivamente.
El fuerte aumento de los rendimientos de los bonos indica mayores costos y mayores riesgos para la economía global. (Foto reproducción de Internet) Informe informativo sobre la economía global: 3 de noviembre de 2025 Las cifras de inflación subrayaron la división. Los precios al consumidor de Suiza aumentaron sólo un 0,1% año tras año, por debajo del pronóstico del 0,3% y planteando dudas sobre las presiones deflacionarias.
Corea del Sur, por otro lado, vio su tasa de inflación saltar al 2,4%, superando el 2,1% esperado y reflejando una economía con un impulso genuino.
Los precios de las materias primas de Australia, un salvavidas para su economía impulsada por las exportaciones, cayeron un 1,3% año tras año, una señal preocupante para un país que ha dependido durante mucho tiempo de sus recursos naturales pero que ahora enfrenta una demanda global más débil.
Las ventas de automóviles ofrecieron otra ventana al sentimiento del consumidor. En Europa, las matriculaciones de automóviles nuevos aumentaron un 13,6% mes tras mes, una fuerte caída desde el aumento del 38,9% de octubre.
Año tras año, las matriculaciones crecieron un 15,9%, pero incluso esto fue inferior al 16,4% del mes anterior.
En Estados Unidos, las ventas totales de vehículos alcanzaron los 15,3 millones, pero estuvieron por debajo de los 15,6 millones previstos y los 16,4 millones vendidos en septiembre.
Las ventas de vehículos en Sudáfrica crecieron un 16% durante el año, pero esto palideció en comparación con el crecimiento del 24,3% registrado anteriormente. Cuando los consumidores dudan en realizar compras importantes, suele ser una señal de un malestar económico más profundo.
Los bancos centrales hicieron su habitual acto de equilibrio. Estados Unidos vio cómo los rendimientos de sus letras del Tesoro a tres meses aumentaron hasta el 3,815%, frente al 3,730%, lo que refleja la confianza en su resiliencia económica.
El Banco de la Reserva de Australia mantuvo su tasa de interés estable en 3,6%, optando por la continuidad en lugar de la experimentación.
Las subastas de deuda de Francia se desarrollaron sin problemas, con sus letras a tres meses al 2,010% y a seis meses al 2,029%, un sutil pero significativo voto de confianza en su prudencia fiscal.
Mientras tanto, en las economías donde los cambios de políticas son frecuentes e impredecibles, los resultados fueron menos alentadores.
La lección de este único día de datos es clara: las economías que priorizan la estabilidad, la eficiencia y las políticas favorables al mercado son aquellas en las que las empresas invierten, los empleos se expanden y la confianza crece.
Aquellos que dependen de una fuerte intervención o se resisten a las reformas necesarias se encuentran atrapados en un ciclo de bajo desempeño.
Para los expatriados y los observadores globales, el mensaje es sencillo: los lugares que tienen los conceptos básicos correctos son los que prosperan. El resto se pregunta por qué el progreso sigue estando fuera de su alcance.