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Wednesday, December 24, 2025
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    Alcalde de Guayabal sigue esperando a su hermano desaparecido, 40 años después de la tragedia de Armero: ‘Él tenía 8 añitos’

    El 13 de noviembre de 1985, el volcán Nevado del Ruíz entró en erupción. Una gran cantidad de agua resultante del derretimiento del glaciar bajó a las poblaciones cercanas y provocó la muerte de más de 23.000 habitantes de municipios como Armero, Chinchiná y Villamaría. La incapacidad del Gobierno para proteger a los ciudadanos tuvo grandes consecuencias con un desastre que ha sido de los más devastadores en la historia de Colombia.

    Los relatos de quienes sobrevivieron al desafortunado día en que el volcán decidió hacer erupción luego de 69 años de inactividad siguen plagados de dolor y tristeza por una población que ahora vive en su memoria. Hoy, 40 años después, Mauricio Cuéllar, alcalde de Armero Guayabal, municipio donde se determinó los desplazados, recordó a su hermano, a quien aún tiene esperanza de encontrar.

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    Alcalde de Armero Guayabal sigue buscando a su hermanoLa noche de la tragedia sigue presente en la memoria del hoy alcalde de una población que pide que no se olvide su dolor. En ese tiempo tenía 6 años y vivía cerca del matadero municipal. “Esa noche estábamos con mi mamá y mi hermano”, contó en el aniversario del suceso para Caracol Radio.

    Foto desde un helicóptero del avance tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz. Foto:MSF

    Su hermano tenía dos años más que él. Tras el comienzo del pánico popular, todo fue muy rápido para las millas de familias del pueblo. “Nosotros salimos de ahí, de la casa, y alcanzamos a caminar como tres cuadras hasta que el lodo y toda esta avalancha nos coge y nos arrastra por cerca de dos cuadras más, y ahí tuvimos que estar casi un día y unas horas del día siguiente porque no podíamos sacarnos del lodo”.

    Entre la confusión, el sentido de supervivencia y el lodo transcurrió la última vez que vio a Juan Manuel con vida. “Fue perdido esa noche, no sabemos si fue extraviado o si falleció en la tragedia”, relató el funcionario público.

    Lo mismo pasó con una prima, cuya historia avivó la esperanza de la familia de encontrar a su allegado con vida. “Nosotros tuvimos la experiencia de una prima que fue extraída de esta catástrofe y fue llevada a Bogotá, a un hospital”, señaló y dijo que su tía, quien la buscó por todos lados, pudo recuperarla antes de que esta fuera entregada a otra familia.

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    Con sus pequeños hijos en brazos, algunas familias se alejaron de Armero. Foto:EL TIEMPO

    Su madre, de 85 años, es quien más espera a su hijo desaparecido, pues nunca encontraron un cuerpo que les indique que había sido una víctima fatal del siniestro.

    Sobre los rescates, el hombre asegura que pudo ver cómo tuvieron que llegar en helicópteros para sacar a la gente del lodo. El mismo lodo que aprisionó a Omaira hizo que los cuerpos de emergencia tuvieran que mutilar a personas para poder rescatarlas de un final igual.

    Reconstrucción de Armero 1986. Foto:Reconstrucción de Armero 1986.

    Por otra parte, señaló que no tiene certeza de cuántos niños corrieron la misma suerte que su hermano. Estas historias siguen envueltas en confusión y en falta de datos por parte de los entes del Estado.

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    Hoy, luego de un difícil proceso de traslado de las personas, las armeritas se distribuiron por todo el país. Guayabal Armero es hoy una población que recuerda el dolor de un desastre natural y da testimonio de la resiliencia que, a falta de acompañamiento del Estado, tuvieron que desarrollarse para reconstruirse.

    REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS.