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Wednesday, December 24, 2025
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    El circo militar de Maduro

    Mientras la nación entera, con el respaldo de buena parte de la comunidad internacional, se prepara con determinación para sacar del poder al Cártel de los Soles, el régimen de Nicolás Maduro se encierra en un círculo de absurdas payasadas bélicas.

    Organizan marchas nocturnas sin lógica ni propósito, más allá de intimidar a los propios venezolanos, que deben soportar las chácharas y gritos de los politiqueros defensores del narcoestado.

    Obligan a soldados mal pagados, mal alimentados y peor equipados a participar en ejercicios militares que carecen de sentido, pues no cuentan con el entrenamiento ni con el armamento necesario para enfrentarse a nadie.

    Convocan jornadas de “entrenamiento” con civiles y milicianos, intentando poner a los venezolanos a pelear con palos, piedras y gomeras contra enemigos imaginarios.

    En su delirio, colocando a personas sin preparación como carne de cañón, en medio de una escalada de tensiones internas y externas. Todo esto forma parte de la visión distorsionada de unos delincuentes que solo buscan proteger su negocio de narcotráfico.

    Mientras crece el descontento popular, esas papanatas del régimen se esconden en búnkeres de papel y hojalata, desde donde emiten transmisiones digitales para repetir sus habituales pistolas.

    Mientras la comunidad internacional trabaja para neutralizar las operaciones del narcotráfico venezolano y derrumbar al Cártel de Los Soles, en Caracas ordenan movilizaciones sin propósito militar alguno.

    En Barcelona, ​​estado Anzoátegui, sacaron los tres únicos Sukhoi y los dos F-16 de la Fuerza Aérea Venezolana solo con el objetivo de generar zozobra entre los habitantes del área metropolitana.

    Puras payasadas, al igual que las que ejecutan sus operadores en programas de radio y televisión o en redes sociales, donde aparecen disfrazados de policías o militares para sembrar miedo en las barriadas caraqueñas.

    ¿Y por qué lo hacen? Porque le temen al pueblo, le temen a los cerros que pueden bajar movidos por el hambre, la desesperación y con la certeza de que una intervención no sería contra la soberanía nacional, sino contra los narcoterroristas de Maduro y su cúpula.

    Una acción internacional de fuerza no atentaría contra Venezuela, sino que abriría las puertas a la instauración del gobierno legítimo del país.

    En conclusión, lo que hace el régimen ilegítimo de Maduro son puras payasadas que no dan risa, pero sí mucha vergüenza ajena.

    Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.