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Tuesday, December 23, 2025
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    Miedo y desesperanza

    He estado hablando con diversos amigos venezolanos residenciales en territorio patio, también con radicados en otros países. Anuncio que son personas de diferentes edades, cultura e inclinaciones políticas. He notado mucho desaliento y resignación a la pérdida de la patria. No hay duda de que la movilización militar de Estados Unidos provocó la ilusión de que el nefasto régimen de la pandilla cívico-militar se derrumbaría inevitablemente. Han pasado algunas semanas, salvo el aniquilamiento de lanchas y vidas, no ha caído la pandilla y parece que no habrá intervención directa.

    Este largo intervalo lo ha aprovechado el régimen inescrupuloso para acentuar el miedo y ahondar la desesperanza. Los cubanos y rusos con larga experiencia en sembrar terror y desaliento en el pueblo han asesorado a la pandilla. Varias ordenaron a los capos: secuestrar selectivamente a gente de la oposición con su método predilecto de agentes enmascarados, sin orden judicial y desaparecerlos; implementar la operación sapeo (delación) ofreciendo dinero a la gente para que delaten, lo que tiene como propósito que todo el mundo tenga miedo de hablar, de comentar, de criticar, obviamente de protestar en reclamo de sus derechos o por mala o nula prestación de servicios (electricidad, agua, salud). Instruyeron a los jefes de los colectivos para que actúen fuertemente en sus comunidades. Para mostrar un botón, en un pueblo del Táchira (tomado por el ELN) los colectivos convocaron una reunión en la plaza y su líder dijo: “Los gringos quieren la riqueza venezolana, están preparándose para invadir, el gobierno nos ha dado armas para la defensa, todos mayores de 12 años están obligados a ser soldados. Estamos en guerra, cualquier actividad contra el gobierno es traición. Óigase bien, ¡cualquier acción, sea de palabra o de movimiento, será tomado como traición, podrán ser ejecutados”. Algunas personas han abandonado el pueblo. En Caracas, en Los Magallanes de Catia, el colectivo que controla los barrios de El Manguito, Nuevo Horizonte y Alí Primera, dijeron casi lo mismo. Esto lo comentó Eusebio, quien abandonó con su mujer e hija el barrio.

    La otra estrategia es publicidad sostenida sobre un supersistema de defensa, con armas superpoderosas que han hecho temblar al imperialismo norteamericano. A través de su control de los medios se mantiene una publicidad avasallante de solidez en el poder, de inamovibles. Han pedido declaraciones a gobiernos cómplices como los de Putin, Petro y Lula. Han pagado cifras astronómicas de dinero a televisoras extranjeras y periodistas para realizar campaña contra las acciones de Estados Unidos en el Caribe y que son falsas las acusaciones contra el gobierno venezolano. Montañas de dinero para publicitar los logros económicos del gobierno, sobre la seguridad jurídica alcanzada e invitan a invertir. Por supuesto, en suelo patrio, medio de comunicación o periodista que diga la verdad estará cerrado y las personas serán secuestradas, como es el reciente caso del periodista Joan Camargo.

    Evidentemente, el alacranato y el oportunismo ha estado presente. Ello ha contribuido a acentuar más en la población el desánimo y el rechazo a los políticos. Por sus acciones, el pueblo venezolano percibe que no son servidores públicos, sino que actúan en provecho de sus intereses personales. El caso de Henrique Capriles es representante de ruindad política, quien por su afán de figurar colabora con las estrategias de la pandilla gobernante y desconoce la voluntad popular. El pueblo sabe que son tipo Judas, llevan la traición en su interior y en cualquier momento brota para favorecer sus intereses.

    Los cubanos han enseñado y puesto en práctica con los esbirros venezolanos las estrategias psicológicas usadas para mantenerse en el poder en la isla. Bajos ingresos, empleos inestables, represión permanente, control policial y militar de la circulación, control de alimentos y racionamiento para los sectores populares, control absoluto de los medios de comunicación, desapariciones de opositores, represión a la prensa libre. Todo esto tiene como fin que el pueblo se sienta impotente, atado por un poder superior inamovible. En consecuencia, el gobierno debe presentarse como el defensor y voz del pueblo, con poder capaz de enfrentar y aplastar a cualquier enemigo. También, para evitar traiciones, castigo fuerte para el caído en desgracia y sus allegados.

    Creemos que el liderazgo de MCM y de quienes, con sinceridad, juntan esfuerzos para derrocar la tiranía y restablecer la democracia y el Estado de derecho constitucional, deben afinar estrategias para no dejar decaer el ánimo, mantener viva la esperanza de la libertad, desnudar la vulnerabilidad del régimen, develar la carencia de apoyo internacional y de apoyo popular nacional. Como me comentó alguien: “Esa declaración de Putin no asusta, no han podido con Ucrania”; Petro culipandea, Lula no movería un dedo y Cuba no tiene músculo para hacer nada. La pandilla agoniza. Hoy más que nunca debemos elevar el espíritu hacia la libertad. ¡Hasta el final!

    Rodrigo Rivera Morales es doctor en Derecho Procesal y Constitucional. Bloque Constitucional Capítulo España.