23.7 C
Buenos Aires
Wednesday, December 24, 2025
More

    La paz no es sumisión: lecciones del Nobel para nuestro momento

    Foto: AFPHay discursos que pasan inadvertidos en el medio del ruido de la actualidad, y sin embargo encierran la esencia de una época. El pronunciado en Oslo por Jørgen Watne Frydnespresidente del Comité Nobel, al entregar el Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machadoes uno de ellos.

    Ha sido poco citado, apenas reseñado, pero debería estudiarse como una de las más lúcidas defensas actuales de la democracia. Frýdnes no solo hablo a Venezuela: habló a todo Occidente, a un mundo que parece haber olvidado que la libertad no es una comodidad, sino una tarea diaria.

    El presidente del Comité del Nobel Recordó que la democracia «no es un lujo prescindible ni un adorno que se coloca en una estantería», sino «trabajo arduo, acción y negociación, una obligación viva».

    Esa frase resume el núcleo moral de su discurso. En un tiempo donde la tentación autoritaria vuelve con ropajes de eficacia o populismo, el Nobel nos recuerda que la democracia es el único sistema capaz de contener la violenciadistribuir el poder y preservar la dignidad humana.

    Frýdnes Advirtió que incluso naciones con larga tradición liberal están «derivando hacia el autoritarismo y el militarismo», aprendiendo unas de otras, compartiendo tecnologías de vigilancia y propaganda. Lo que ocurre en Caracasdijo, no es un fenómeno aislado; es un espejo global.

    El pueblo venezolano, ejemplo de resistencia democráticaEn medio de la oscuridad que descrito con estremecedores testimonios de tortura y represión, Frýdnes destacó algo esencial:

    «En el núcleo de la lucha por la democracia brilla una simple verdad: la democracia es más que una forma de gobierno; es la base de una paz duradera». Y añadió: «Millones de venezolanos lo saben».

    Esa afirmación convierte al pueblo venezolano en protagonista moral del discurso. No se trata solo de la heroicidad individual de María Corina Machadosino de la hazaña colectiva de un país que, frente al miedo, sigue insistiendo en votar, en documentar, en resistir.

    Frýdnes Recordó que más de un millón de ciudadanos custodiaron las urnas durante las elecciones de 2024, fotografiaron actas, preservaron pruebas y arriesgaron su vida para defender la verdad. Esa movilización, dijo, fue «probablemente la más grande y valiente del mundo contemporáneo».

    No hay en la historia reciente un ejemplo más puro de ciudadanía democrática: un pueblo que se aferra al voto mientras su dictadura se aferra a las armas.

    Frýdnes habló con respeto y precisión de ambos: de María Corina Machado«fuente de inspiración para millones de personas», y de Edmundo González Urrutiael presidente electo que representa la voluntad popular.

    el Comité del Nobel vio en ellos la síntesis de una lucha cívica que combina liderazgo moral y madurez política: ella, la voz que unió; él, la figura que canalizó esa unidad; ambos, los rostros de una transición pacífica que, aunque aún bloqueada, ya es legítima.

    Su mensaje a Nicolás Maduro Fue directo y sin diplomacia:

    «Debe aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo. Deben sentar las bases para una transición pacífica hacia la democracia. Porque esa es la voluntad del pueblo venezolano».

    Pocas veces un Comité Nobel ha hablado con tanta claridad moral a un dictador en ejercicio.

    Cuando el mundo guarda silencioQuizás la parte más incómoda del discurso fue su reproche al mundo democrático.

    Frýdnes recordado que Venezuela pidió ayuda y occidente miró hacia otro lado:

    «Mientras perdían sus derechos, su alimento, su salud y su futuro, gran parte del mundo se aferró a sus viejas narrativas… Fue una traición moral».

    Es una advertencia que vale tanto para América Latina como para europa y Estados Unidos. Nos hemos acostumbrado a defender la democracia solo cuando nos conviene ya exigir pureza a quienes luchan por ella en condiciones imposibles.

    La democracia, insiste. Frýdnesno se defiende desde la comodidad del escepticismo, sino desde la solidaridad con los que arriesgan todo.

    La paz y la libertad son inseparables.El presidente del Comité del Nobel Desmanteló la mentira más recurrente de los regímenes autoritarios: la idea de que ellos garantizan «paz y estabilidad».

    «Una paz basada en el miedo, el silencio y la tortura no es paz; es presentación presentada como estabilidad».

    Y concluyó: «La paz y la democracia no pueden separarse sin que ambas pierdan su significado».

    Este concepto —la inseparabilidad entre paz y libertad— debería ser el eje de toda la política internacional en nuestro tiempo. Donde la democracia se extingue, la guerra se prepara.

    Un discurso para la historiaEl mensaje final de Oslo fue luminoso:

    «Su poder no es permanente. Su violencia no prevalecerá sobre un pueblo que se levanta y resiste… Que sepan que el mundo no les da la espalda. Que la libertad se acerca. Y que Venezuela Volverá a ser un país pacífico y democrático».

    Estas palabras, que deberían haber sido titulares en todos los periódicos, pasaron casi desapercibidas. Sin embargo, resumen lo que este premio significa: la reivindicación de la democracia como el acto más revolucionario y más pacífico de nuestro tiempo.

    Venezuela se ha convertido —en palabras del Comité del Nobel— en la frontera moral de la libertad.