Foto: CortesíaSe acuerdan aquel estribillo que los socialistas decían por las calles de Caracas en aquel lejano 2002. Aquella frase copiada de los republicanos españoles que pregonaba un impetuoso: “no pasarán”. Bueno, ahora la frasecilla tiene otro contexto y otra dimensión.
Ahora lo que no va a pasar por el Mar Caribe son las embarcaciones cargadas de drogas que enviaba el Cartel de Los Soles desde las costas venezolanas con destino a Estados Unidos, ni petróleo para ser vendido en el mercado negro para seguir engordando la riqueza de la cúpula que usurpa el poder en Venezuela.
Las rutas del narcotráfico organizadas y planificadas desde el narco-Estado instalado en Miraflores se vinieron abajo, ya que no pueden pasar ante la presencia de los barcos de la marina de Estados Unidos. Tampoco pasan los tanqueros de la flota fantasma repleta del crudo venezolano que no se usa para resolver los graves problemas del pueblo venezolano, sino para la corrupción y el financiamiento de las organizaciones criminales que usurpan el poder en nuestra nación.
El bloqueo no dejará que ningún navío lleno de estupefacientes, petróleo, oro o trata de personas surque el Mar Caribe, para envenenar a los estadounidenses ni financiar a los regímenes de izquierda de Latinoamérica. No hay que engañarnos, el tráfico de drogas y el comercio ilegal de petróleo desde hace mucho tiempo son la caja chica y la bombona de oxígeno económico de los socialistas en el continente.
Desde que la guerrilla colombiana pasó de una lucha ideológica a convertirse en “narcoguerrillas”, toda la izquierda fue –paulatinamente– copiando ese mismo modelo. Y no solo se trata de las drogas que el Cartel de los Soles comercializa por el Caribe, sino que el régimen de Nicolás Maduro tampoco podrá seguir distribuyendo ilegalmente el petróleo de los venezolanos.
Sí, al momento de escribir estas líneas ya van tres tanqueros petroleros decomisados por Estados Unidos. Con ello, Maduro no podrá seguir regalando los recursos de los venezolanos. Se acabó la fiesta petrolera que Maduro tenía con Cuba, llenando a esa isla de crudo a precios irrisorios que, además, jamás pagaban y que luego revendían en el mercado negro.
Se acabó la fiesta del petróleo venezolano con los chinos, iraníes y los rusos. No hay que olvidar que, primero Chávez y luego Maduro, han obsequiado en bandeja de plata los recursos naturales venezolanos a esas naciones. Son los chinos, cubanos, rusos e iraníes los verdaderos invasores de Venezuela; son ellos los que llevan décadas destruyendo al país y chupando sus riquezas, cuales sanguijuelas insaciables.
Ahora, los barcos llenos de petróleo rumbo a Cuba, Irán o China no pasarán; esos barcos están siendo interceptados por Estados Unidos, cortándole así al régimen la posibilidad de seguir extrayéndole a Venezuela sus riquezas, de cuyos únicos beneficiarios son los enchufados de siempre. Pues a lo largo de todo este tiempo los únicos que ven una mejora en su calidad de vida son los hermanos Rodríguez, Diosdado Cabello, Padrino López, personajes como Tareck El Aissami, Rafael Ramírez, Pedro Rafael Tellechea y muchísimos más. A todos ellos se les acabó la fiesta de la droga y el petróleo.
En conclusión, no pasarán.
No pasarán sus envíos de estupefacientes; no pasarán sus envíos ilegales de petróleo, ya que ustedes no tienen facultad para vender o comercializar los recursos naturales venezolanos, porque Maduro no es más que un usurpador; aquí hay un gobierno legítimo elegido por los venezolanos y lo encabeza Edmundo González Urrutia, con el apoyo de María Corina Machado.
Por eso, no pasarán.
No pasarán, pero sí saldrán del poder.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.