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Monday, December 22, 2025
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    El desaire del Mercosur de Brasil hacia Venezuela indica una creciente crisis de seguridad

    Puntos clave En la cumbre del Mercosur del 20 de diciembre en Foz do Iguaçu, Brasil y Uruguay se negaron a firmar una declaración encabezada por Argentina sobre Venezuela. Brasil teme que el texto pueda ser leído en el extranjero como una cobertura política para la escalada militar estadounidense, a pesar de que pide un cambio “pacífico”. La brecha apunta a un momento regional más difícil: un fuerte apoyo a la presión versus un instinto más antiguo de bloquear la fuerza externa. Mercosur llegó a Foz do Iguaçu para conversar sobre comercio. Salió con una fractura pública. El argentino Javier Milei impulsó un comunicado instando al retorno del orden democrático en Venezuela y la liberación de los presos políticos.

    Firmaron Santiago Peña de Paraguay y José Raúl Mulino de Panamá. El texto reafirma el Protocolo de Ushuaia de 1998. Venezuela se unió al Mercosur en 2012 y fue suspendido en 2017.

    El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no firmó. Tampoco el uruguayo Yamandú Orsi. El razonamiento de Brasilia es táctico: una condena al estilo Mercosur, emitida mientras Estados Unidos intensifica sus operaciones en el Caribe, podría ser interpretada en Washington como un respaldo regional a una acción más dura.

    El desaire del Mercosur de Brasil hacia Venezuela indica una creciente crisis de seguridad. (Foto reproducción de Internet) Venezuela bajo presión El presidente Donald Trump no reconoce a Nicolás Maduro como el líder legítimo de Venezuela. Las fuerzas estadounidenses han atacado embarcaciones pequeñas y confiscado cargamentos de petróleo, diciendo que están interrumpiendo las rutas del narcotráfico.

    Maduro dice que el verdadero objetivo es destituirlo y recuperar el control de la riqueza petrolera de Venezuela. El petróleo es la columna vertebral de la economía, por lo que las interdicciones pueden exprimir al Estado rápidamente.

    Lula no ha reconocido formalmente la victoria electoral de Maduro en julio de 2024, pero ha mantenido su lenguaje moderado. En su discurso en la cumbre, advirtió que la intervención sería una catástrofe humanitaria y un precedente peligroso.

    Dijo que se están poniendo a prueba los límites del derecho internacional y recordó la sensibilidad de América del Sur hacia el poder militar extrarregional.

    El ex embajador Roberto Abdenur duda de una invasión total, dado el tamaño de Venezuela y la dificultad de tomar Caracas. Espera incursiones limitadas, posiblemente dirigidas a capturar a Maduro.

    Los informes sobre un grupo de ataque de portaaviones estadounidenses liderado por el Gerald R. Ford y aviones que vuelan a unos 100 kilómetros de Caracas hacen que ese riesgo parezca real. Milei elogió la presión y calificó a Maduro de “narcoterrorista”. Brasil intenta evitar que los aplausos se conviertan en chispa.