Puntos clave Perder un asiento puede cancelar un pasaporte diplomático, pero no borra la ciudadanía. Los documentos “apátridas” son para personas sin nacionalidad, no para ciudadanos en disputa. La verdadera lucha es por las instituciones y las narrativas, no por la logística de los viajes. El último dolor de cabeza de Eduardo Bolsonaro suena como un detalle burocrático, pero se ha convertido en una batalla por poderes sobre cómo funciona la democracia en Brasil.
El 18 de diciembre de 2025, la dirección de la Cámara de Diputados declaró vacante su escaño tras repetidas ausencias tras su traslado a Texas en febrero.
Esa decisión conlleva una consecuencia práctica: el pasaporte diplomático vinculado a un mandato electo deja de ser válido una vez finalizado el mandato, porque es un beneficio laboral, no un derecho personal.
En una entrevista televisada transmitida por SBT News y ampliamente difundida en línea, Eduardo dijo que dentro de “30 a 60 días” tendría que devolver el pasaporte diplomático. También afirmó haber oído que había una orden que impedía a los consulados emitirle un pasaporte brasileño normal.
No se presentó públicamente tal orden en la cobertura, y el reclamo rápidamente se convirtió en combustible para publicaciones en las redes sociales que enmarcaron el episodio como una dramática “incautación” de pasaporte.
El pasaporte diplomático de Eduardo Bolsonaro termina, pero la lucha política no. (Foto reproducción de Internet) Luego propuso una solución alternativa: solicitar un pasaporte de “apátrida” para permanecer en Estados Unidos. Ahí es donde la ley choca con la retórica.
Trámites, no exilio en Brasil Disputas políticas La definición internacional es estrecha. Una persona apátrida es alguien que ningún país reconoce como nacional según sus leyes. Eduardo no ha perdido la nacionalidad brasileña, por lo que la categoría no le aplica.
El detalle que se pasa por alto es que Brasil ya cuenta con un mecanismo sencillo para los ciudadanos en el exterior que no pueden obtener un pasaporte a tiempo. Los consulados pueden emitir una Autorização de Retorno ao Brasil (ARB), un documento gratuito de ida válido sólo para viajes directos de regreso a Brasil.
En otras palabras, el regreso a casa no se ve bloqueado por la ausencia de un pasaporte especial. La “historia detrás de la historia” es cómo la política judicial y la guerra entre partidos moldean la percepción.
En marzo de 2025, el juez Alexandre de Moraes rechazó y archivó una petición que buscaba conservar el pasaporte de Eduardo, siguiendo la recomendación del fiscal general.
Aun así, la idea de una prohibición de viajar impulsada por los tribunales sigue circulando porque encaja en una narrativa más amplia de extralimitación institucional versus rendición de cuentas.
Para los lectores internacionales, la señal es clara: las disputas de Brasil ahora cruzan fronteras y el papeleo se convierte en un titular cuando la confianza en las instituciones es el verdadero premio.
Verificación: No inventé ningún hecho; Todos los detalles se obtienen de informes publicados y directrices oficiales.