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Monday, December 22, 2025
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    El segundo mandato de Donald Trump y América Latina: quién cede, quién rechaza

    El segundo mandato de Donald Trump ha convertido a América Latina en una prueba de estrés en vivo para la política de poder. Todos los líderes, desde México hasta Argentina, enfrentan ahora la misma pregunta incómoda: ¿se enfrenta a Washington, se adapta silenciosamente o intenta jugar en ambos lados mientras China espera entre bastidores?

    Para los de fuera, resulta útil pensar en tres grupos. Los primeros son los adaptadores entusiastas. El argentino Javier Milei ha clavado sus colores en el mástil de Trump, ofreciendo un acceso más fácil a los fabricantes estadounidenses y un clima más amigable para los inversores a cambio de la reapertura de los mercados de carne y un salvavidas financiero multimillonario.

    Nayib Bukele de El Salvador, famoso por su represión masiva contra pandillas, ha aceptado a los inmigrantes deportados y una estrecha cooperación en materia de seguridad, asegurando tiempo y dinero para una economía basada en el dólar que depende de que los salvadoreños trabajen legalmente en Estados Unidos.

    Un segundo grupo está negociando duramente para conseguir espacio para respirar. Daniel Noboa, de Ecuador, utiliza el fortalecimiento naval de Trump y la retórica anticárteles para justificar vínculos militares y de inteligencia más profundos, apostando a que el respaldo de Estados Unidos puede fortalecer a un Estado frágil.

    En Panamá, José Raúl Mulino hizo retroceder la influencia china en torno al canal, se alejó de la Franja y la Ruta y dio la bienvenida a capital alineado con Estados Unidos en puertos clave, cambiando cierta ambigüedad diplomática por garantías de seguridad más claras.

    El segundo mandato de Donald Trump y América Latina: quién se doblega, quién rechaza. (Foto reproducción de Internet) El tercer grupo resiste y paga un precio más alto. Gustavo Petro de Colombia condenó los ataques estadounidenses a presuntos barcos narcotraficantes y se acercó a Beijing, sólo para ver cómo se endurecían las sanciones y se rebajaba la cooperación antidrogas.

    Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, critica los nuevos aranceles estadounidenses y habla el lenguaje de la multipolaridad, pero su postura refuerza el giro del comercio y la diplomacia de Brasil hacia China justo cuando los inversores buscan estabilidad a largo plazo en lugar de grandes discursos.

    La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se encuentra en la posición más expuesta de todas. Con más del 80 por ciento de las exportaciones vinculadas al mercado estadounidense, depende de negociaciones silenciosas, controles fronterizos más estrictos y arrestos específicos de los cárteles para evitar un shock económico y al mismo tiempo rechazar una humillación abierta.

    Detrás de los titulares, se esconde una historia sobre quién elige la previsibilidad y los empleos, y quién apuesta por la política de protesta en una región que difícilmente puede permitirse más turbulencias.