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Tuesday, December 23, 2025
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    “Las mujeres sí podemos estar aquí”: Wanda Rodríguez hace historia detrás de las bases

    Wanda Rodríguez comenzó en el arbitraje hace tres años | Foto Abraham Tovar @ato.produccionesEn el Estadio Universitario de Caracas, bajo un cielo azul, un grupo de arbitros se prepara para el partido entre Tiburones de La Guaira y Tigres de Aragua. Calientan, corren, estiran como parte de la sesión de estiramiento para optimizar su rendimiento en el terreno. Entre ellos, vestida con su uniforme negro del Venezuelan Umpire Camp, con el cabello recogido, está Wanda Rodríguez, la primera umpire profesional de la liga.

    Desde la distancia destacan los rasgos que, además de su 1,72 de estatura, le abrieron las puertas del arbitraje profesional en el béisbol venezolano: enfoque, disciplina y trabajo. Es ágil, enfocada y buena compañera de sus colegas, todos hombres; una realidad que aunque la ha hecho sentir insegura en determinados momentos, no le ha impedido seguir adelante en su camino.

    A sus apenas 22 años de edad, la oriunda del pueblo merideño Guayabones destaca por su concentración dentro y fuera del campo. Con su acento andino marcado, Wanda Rodríguez es pionera en una profesión a la que llegó hace tres años gracias a las oportunidades y, también, al destino. Nacida en Mérida, un estado en el que predomina el fútbol, ​​le complace arbitrar en un deporte que destaca, dice, por el calor del juego y la pasión.

    “Mi primer encuentro con el beisbol fue de niña. Yo digo que el beisbol en mi familia nació conmigo porque Mérida es un estado en el cual se juega mucho fútbol. No es muy llamativo el beisbol”, cuenta.

    Rodríguez con sus compañeros en el terreno | Foto Abraham Tovar @ato.produccionesCuando era pequeña a Wilson Rodríguez, su papá, le gustaba ver los partidos y ella lo acompañaba sin fanatismo. En época de vacaciones la llevaban al estadio a jugar, pero no recuerda cuándo agarró una pelota por primera vez. Tampoco cuando vio batear por primera vez a los exgrandeliga Endy Chávez y Pablo Sandoval, sus ídolos.

    Pero sí tiene memoria de la emoción que sintió cuando los vio en el terreno. “Era muy bonito ver los juegos, pero estaba muy niña”, matiza. En ningún momento se imaginó que, de adulta, se dedicaría al arbitraje profesional. Pero así fue: este año se convirtió en la primera mujer árbitro de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP).

    La joven merideña introdujo el beisbol en su familia | Foto Abraham Tovar @ato.produccionesComo árbitro en las ligas femeninas del país y las ligas menores, incluyendo un período en la Liga Dominicana de Verano en 2024. Su buen desempeño la llevó a participar en el Juego de las Estrellas de la LVBP el 10 de diciembre de 2024, uno de los momentos especiales que recuerda. Después, se convirtió en la primera mujer en arbitrar en un evento de la Confederación de Beisbol Profesional del Caribe en la Serie del Caribe Infantil 2025.

    Tras tres años de preparación y mucho trabajo, finalmente debutó como profesional el 22 de octubre en la LVBP: la designaron árbitro de tercera base en un partido entre Cardenales de Lara y Tiburones de La Guaira. Desde entonces, su rutina es en un constante viajar por los diferentes estadios del país para impartir justicia, pero, sobre todo, hacer un buen trabajo. Eso, asegura, es lo que busca cada vez que sale al terreno.

    Rodríguez ha vivido momentos especiales gracias al arbitraje | Foto Abraham Tovar @ato.produccionesEl destino de Wanda RodríguezAntes de comenzar su formación en el Venezuelan Umpire Camp, a Wanda Rodríguez No le gustaba el arbitraje. Tampoco era muy buena jugadora. Su deseo era estudiar Medicina, Nutrición y Estética en la Universidad de Los Andes, pero la pandemia por el covid-19 la llevó por otro camino.

    Durante la cuarentena, en Guayabones se armaron pequeños grupos de diferentes deportes, como kickball y beisbol. Un día, Rodríguez, quien tenía 19 años en ese entonces, decidió ir al estadio para ayudar a su hermano Leandro, uno de los organizadores. Comenzó a jugar con ellos de forma regular hasta que, en una oportunidad, la invitaron a unirse a un equipo femenino en El Vigía.

    “Comencé como lanzador. No era muy buena jugadora porque empecé ya muy adolescente. Allí conocí a Jesús Cornejo y Génesis Túaárbitros. Ellos me preguntaron si podía entrar en el mundo del arbitraje y les dije que no. Yo cómo veía era, les dije que a mí no me gustaba. Me estaban invitando a hacerme cambiar de opinión”, relata.

    Poco a poco las oportunidades en el beisbol la hicieron cambiar de opinión sobre el arbitraje | Foto Abraham Tovar @ato.produccionesJesús Cornejo la convocó a un taller de arbitraje en Santa Bárbara, estado Mérida. Después, le recomendaron otro taller donde conoció a Miguel Hernández, director general del Campamento de Árbitros de Venezuela. Apenas la vio, Hernández reconoció que estaba frente a un diamante en bruto: a diferencia de otras venezolanas, Wanda Rodríguez tenía la estatura recomendada por las Grandes Ligas para ser árbitro.

    La joven cuenta que, en ese primer encuentro, Hernández le preguntó su estatura y cuando supo que medía 1,72 cm, le ofreció una beca para formarse en su academia. Así llegó a su primer campamento que se desarrolló en Vigirima, Valencia, en el complejo Agua Linda. “Tenía miedo, no sabía nada de arbitraje. Yo sabía lo básico, seguro, justo o sucio. Sólo eso. No tenía conocimiento de las reglas y las mecánicas. Allí comenzó todo. Empecé a adentrarme en ese mundo”, confiesa.

    Después, las oportunidades le fueron llegando y abriendo las puertas en un deporte dominado por hombres. El camino, cuenta Wanda Rodríguez, estuvo lleno de dificultades y retos: se mudó a Barquisimeto y comenzó su trabajo con las diferentes ligas infantiles.

    “Fue un poco difícil dejar a mi madre, a mi hermano, a mis abuelos. Creo que el entorno cambió totalmente. Creé amistades nuevas y colegas en el trabajo. Ya no era la misma Wanda. Venezuelan Umpire Camp y el arbitraje me habían cambiado. Estaba en un entorno distinto. Veía el béisbol y la vida desde otro punto de vista”.

    Para Rodríguez ha sido un camino de mucho trabajo | Foto Abraham Tovar @ato.produccionesMantener el foco No todo fueron certezas para Wanda Rodríguez. En los últimos tres años tuvo que enfrentarse a momentos de duda. Se cuestionaba su capacidad; ella, una joven mujer, no se vio en el terreno de con el uniforme de árbitro. En esos momentos le ayudó mucho recordar su primer juego profesional donde vio a los árbitros. Jorge Terán, Enmanuel Pérez, Dereck Pacheco, Rainiero Valero… Su trabajo la inspiró.

    “En mi camino y proceso de formación a veces he dudado. Me pregunto si en serio puedo estar aquí o si pertenezco a esto. Muchísimas veces me lo he preguntado. Es difícil, a veces uno cae en esa baja autoestima de cuestionarse si en serio puedo arbitrar, si les gusta a los hombres que están en el terreno de juego oa las demás personas, a los fanáticos. Me ha pasado muchísimas veces. A veces me digo: sí puedo, claro que puedo”.

    El 4 de noviembre, en el partido entre Tiburones y Tigres, Wanda Rodríguez tuvo que enfrentar otro desafío: arbitrar por primera vez la segunda base. A diferencia de otros puestos, el reto de esa posición es mayor. En la segunda base es donde los peloteros intentan robar más bases. Es, dice, una posición complicada que le exige mayor concentración.

    Rodríguez en su primer partido como árbitro de la segunda base | Foto Abraham Tovar @ato.produccionesAntes del juego debes lidiar con los nervios y el miedo que sientes siempre antes de salir al terreno, pero esta vez con mayor intensidad. “Lo más difícil de ser árbitro es salir al terreno a pesar de sentir temor. Eso tú lo manejas antes del juego, cuando sales y pasa el tiempo, vas ganando confianza. Es lo más complicado. Es mentira si digo que no entro al terreno de juego con esa chispita de nervios porque quiero hacerlo bien. Creo que en todas las profesiones existen”.

    En su profesión, reconoce, es muy necesaria la confianza y el enfoque, dos cualidades en las que trabaja antes de cada encuentro. Cada vez que venta al terreno, lo hace con la convicción y la decisión que se requiere. En más de una oportunidad se ha dicho: “Yo puedo, vamos a entrar en el terreno de juego a hacer lo que nos gusta”. Estar en un deporte donde predominan los hombres no es fácil, reconoce.

    “El calor de juego es demasiado elevado en el beisbol. Tanto el manager como los jugadores están encontrándose en un terreno de juego para ganar. Se siente un poco de ansiedad y nervios porque tú, como árbitro, buscas disminuir el error y hacer el trabajo lo mejor posible”, explica.

    Rodríguez salió concentrada y enfocada en hacer un buen trabajo | Foto Abraham Tovar @ato.produccionesLas mujeres llegan al beisbolAsí como ha habido mucho nervio, también son muchos los momentos especiales que Wanda Rodríguez ha vivido gracias al arbitraje. Destaca, por ejemplo, el Juego de las Estrellas de la LVBP donde estaban sus instructores acompañándola. También fue significativo su debut en esta temporada. Es árbitro local en Barquisimeto pero también ha impartido justicia en Valencia, Maracay y Caracas. “No hay nada que cambiaría de la liga, es una liga muy fuerte en cuanto al nivel del beisbol”.

    Gracias a su trabajo, Rodríguez no solo cambió su forma de entender la vida sino que también despertó el interés y la admiración de sus allegados. Su mamá, Lisbeth Gutiérrez, se siente orgullosa por los logros de su hija, incluso aunque no sabe mucho sobre béisbol. “Les he enseñado a los míoscómo es el arbitraje. Cuando ellos se sientan a ver el juego, dicen: Esa es mi hija”.

    Para Wanda Rodríguez su gran motivación es su familiasu abuela Francisca y su difunto abuelo Raméngulo. Cada vez que sale al terreno le da gracias a él ya Dios porque siente que si está detrás de las bases impartiendo justicia es gracias a él. Para ella no hay dudas: le está abriendo el camino a otros jóvenes para incursionar en esta profesión.

    Su familia se ha mostrado orgullosa por sus logros | Foto Abraham Tovar @ato.producciones”Siento que las personas le tienen cierta desconfianza. Ellas están ahí viendo mi trabajo, el trabajo de mis compañeras porque ahorita también debutaron mis compañeras Génesis Túa y Maite Muñonez. Ven que las mujeres sí podemos estar aquí”, afirma.

    Rodríguez no se conformó con solo ser árbitro en la LVBP. Su meta, así como la estatura que le abrió las puertas al arbitraje, son altas. Quiere llegar al sistema de Ligas Menores de Estados Unidos. Su sueño es convertirse en la primera latinoamericana en lograrlo.

    Rodríguez sueña con ser la primera latinoamericana en las Ligas Menores | Foto Abraham Tovar @ato.produccionesAunque se muestra enfocada y centrada en la meta, no se olvida de sus orígenes, dónde comenzó y del estado que la vio crecer. Cada vez que cuelga el uniforme, Wanda Rodríguez vuelve de visita a su pueblo, Guayabones, para recorrer las montañas y los parajes del páramo en bicicleta junto con su hermano, uno de sus grandes pasatiempos.

    “Lo que sigue a futuro es seguir trabajando. Este es un trabajo constante, de disciplina y de preparación psicológicamente y Enfócate en mí siempre. Lo que sigue es eso: sistema de ligas menores. Es una meta grande y voy por ella”.

    arbitrajeLVBPÁrbitro miWanda Rodríguez