La candidata izquierdista Jeannette Jara y el líder de extrema derecha José Antonio Kast se enfrentarán cara a cara en la segunda vuelta presidencial de Chile después de liderar la primera ronda de votación en una elección dominada por temores de crímenes violentos.
Con el 99 por ciento de los resultados de las elecciones del domingo contabilizados, Jara, un comunista de 51 años que compite en nombre de una coalición de ocho partidos, obtuvo el 26,85 por ciento de los votos frente al 23,93 por ciento de Kast, informó el servicio electoral Servel.
Pero su victoria –un margen mucho más ajustado de lo que habían pronosticado las encuestas– fue vista como una señal siniestra para la segunda vuelta y dio pocos motivos para celebrar a su partido electoral.
Rodrigo Arellano, analista de la Universidad para el Desarrollo de Chile, dijo que parecía “poco probable” que ella pudiera ganar la segunda vuelta del 14 de diciembre.
“No sólo su recuento de votos es bajo, sino que el total combinado de los candidatos de la oposición es casi más del doble del de ella”, dijo, vinculando su puntuación a un fuerte sentimiento anticomunista y anti-gobernante.
El diputado ultraderechista Johannes Kaiser, que quedó en cuarto lugar, dijo que apoyaría a cualquier candidato de derecha en la segunda vuelta. Jara, por el contrario, sólo puede esperar sumar algunos puntos por la izquierda.
“Es peor que el peor escenario para la izquierda”, dijo a la AFP Rodrigo Espinoza, analista político de la Universidad Diego Portales.
El economista inconformista Franco Parisi causó sorpresa al terminar tercero, mientras que la ex alcaldesa conservadora Evelyn Matthei, la elección del establishment, quedó en quinto lugar.
Parisi se abstuvo de respaldar a Jara o Kast en la segunda vuelta, diciendo que ambos necesitaban buscar nuevos votantes “en la calle”.
Violencia y migración
Las elecciones estuvieron dominadas por una profunda preocupación por el aumento de los asesinatos, secuestros y extorsiones, atribuidos ampliamente a bandas criminales extranjeras.
Kast, de 59 años, ha prometido construir muros, vallas y trincheras a lo largo de la frontera de Chile con Bolivia para mantener alejados a los inmigrantes de los países más pobres del norte, como Venezuela.
Tras los resultados del domingo, prometió “reconstruir” Chile después de cuatro años de gobierno de centroizquierda.
“Chile despertó esta noche”, dijo Kast, añadiendo que si bien quizás “no era el más simpático”, sentía que tenía el mandato de un millón de votantes chilenos.
La derecha también obtuvo la mayoría en las elecciones simultáneas a la Cámara de Diputados y al Senado, según resultados parciales.
Jara, quien sirvió bajo el presidente saliente de izquierda Gabriel Boric, luchó por superar el fuerte sentimiento anticomunista en una de las economías más abiertas de América Latina.
“No dejen que el miedo endurezca sus corazones”, apeló Jara a los votantes, insistiendo en que la respuesta al crimen no es “proponer ideas, cada una más radical que la anterior”.
La votación es vista como un indicador del apoyo a la izquierda sudamericana, que ha perdido poder en Argentina y Bolivia en los últimos dos años y enfrenta un duro desafío en las elecciones colombianas y brasileñas del próximo año.
puño de hierro
Chile es uno de los países más seguros de América Latina, pero la tasa de homicidios se ha duplicado en una década para superar la de Estados Unidos.
El aumento de la delincuencia se ha producido a la par de una duplicación de la población inmigrante desde 2017, que ahora representa el 8,8 por ciento de la población.
La amplia cobertura informativa sobre la delincuencia ha provocado un clamor por una “mano dura” [“iron fist”].
“Espero que algún día volvamos a ser como antes”, dijo Mario Faúndez, un vendedor jubilado de 87 años, que votó en el rico distrito de Providencia, en Santiago.
“Si tenemos que matar [criminals]que así sea”, añadió.
Kast dijo a sus partidarios que, si bien la oposición había ganado la votación del domingo, “la única victoria real será cuando derrotemos el crimen y el tráfico de drogas y cerremos nuestras fronteras”.
El ultraconservador padre de nueve hijos sería el primer líder de extrema derecha desde la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) si fuera elegido.
Ha defendido a Pinochet, cuyo régimen mató a miles de disidentes con el pretexto de luchar contra el comunismo durante la Guerra Fría.
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por Clare Byrne y Axl Hernández, AFP